Wislawa Szyymborska
..."Pero digo lo siguiente: la
inspiración no es un privilegio exclusivo de los poetas o de los artistas en
general. Hay, ha habido y seguirá habiendo un cierto grupo de personas a las
que toca la inspiración.
Son todos aquellos que conscientemente eligen su
trabajo y lo realizan con amor e imaginación. Se encuentra médicos así, y
pedagogos, y jardineros, y otros en cien profesiones más. Su trabajo puede ser
una aventura sin fin siempre y cuando sean capaces de percibir nuevos desafíos.
A pesar de dificultades y fracasos su curiosidad no se enfría. De cada duda
resuelta sale volando un enjambre de nuevas preguntas. La inspiración, sea lo
que sea, nace de un constante “no sé”.
Personas como ésas no hay muchas. La mayoría
de los habitantes de esta tierra trabaja para ganarse la vida, trabaja porque
tiene que trabajar. No son ellos mismos quienes con pasión eligen su trabajo,
son las circunstancias de la vida las que eligen por ellos...
Y cualquier saber que no provoca nuevas preguntas
se convierte muy pronto en algo muerto, pierde la temperatura que propicia la
vida.
...
Por eso tengo en tan alta estima dos pequeñas palabras: “no sé”. Pequeñas pero
con potentes alas. Que nos ensanchan los horizontes hacia territorios que se
sitúan dentro de nosotros mismos y hacia extensiones en las que cuelga nuestra
menguada tierra.
Si Isaac Newton no se hubiera dicho “no sé”, las manzanas del
jardín hubieran podido caer ante sus ojos como granizo y él, en el mejor de los
casos, se habría inclinado a recogerlas para comérselas con apetito. Si mi
compatriota Maria Sklodowska-Curie no se hubiese dicho “no sé”, probablemente
se hubiera convertido en profesora de química en un pensionado de señoritas de
buena familia y en este trabajo, por otra parte respetable, habría transcurrido
su vida.
Pero ella se dijo “no sé”, y fueron exactamente estas dos palabras las
que la condujeron, y no una sino dos veces, a Estocolmo, donde se galardona con
el Premio Nobel a las personas de espíritu inquieto en constante búsqueda".